Humanismo - antihumanismo​

Pareciera que el mundo actual transita una etapa que nos coloca ante una disyuntiva decisiva…

Pareciera que el mundo actual transita una etapa que nos coloca ante una disyuntiva decisiva. O somos arrastrados por una tendencia mundial cada vez más absurda, violenta y destructiva que puede incluso terminar con la vida en el Planeta, o damos a los acontecimientos un sentido humanizador, colocando al ser humano como máximo valor por encima del dinero, de los estados o de las religiones.

La historia humana con sus ciclos, diversidades, matices, cambios permanentes y transformaciones, enfrenta constantemente una suerte de dualidad, que se expresa tanto en los acontecimientos de la vida personal, como en el campo social. O se está en la dirección que protege la vida y el crecimiento, o se está por un sistema que nos lleva hacia el abismo y el sinsentido. El ser humano, definido como el ser histórico y social cuyo modo de acción en el mundo transforma a su propia naturaleza, actúa permanentemente ampliando su libertad de elección y la de los demás o restringiéndolas a ambas

Lo mencionado anteriormente nos permite afirmar hoy que esa dualidad se expresa en dos grandes campos del pensar, sentir y actuar humano: el Humanismo y el antihumanismo.

Humanismo

Afirmamos que el Humanismo:
− Rechaza todas las formas de violencia, sean éstas física, económica, psicológica, étnica, religiosa, sexual, ideológica o moral.
− Rechaza todas las formas de discriminación, manifiestas o larvadas.
− Pone por delante los derechos y necesidades de los trabajadores frente a la acumulación y especulación del capital.
− Busca avanzar desde la democracia formal hacia la democracia real propiciando la descentralización del poder.
− Propicia el desarrollo de la ciencia para superar el dolor humano.
− Defiende una relación armónica con el medio ambiente.
− Prioriza la salud y la educación, públicas, gratuitas y de calidad.
− Anima a que cada ser humano pueda encontrar un sentido de la vida que lo lleve a superar el sufrimiento mental.
− Y aspira a la construcción de una Nación Humana Universal regida por la libertad personal, la solidaridad, la igualdad de derechos y oportunidades, la no discriminación y la no violencia.

antihumanismo

Por contra, el campo del antihumanismo se caracteriza por:
− Reunir a los defensores y propiciadores del gran capital.
− Defender la industria militar, verdadera culpable de millones de muertes y principal causa de contaminación medioambiental.
− Buscar falsos culpables para explicar el caos y el daño que ellos mismos han creado. Así, señalan a los inmigrantes, las mujeres o los jóvenes. Desde esta posición se incita al odio al diferente, se fomenta la explotación, el racismo, la discriminación, la intolerancia y las distintas formas de violencia.
− Blanquear y defender todas estas actitudes a través de grandes corporaciones mediáticas que, disfrazadas de periodismo, manipulan e intentan domesticar la subjetividad de las poblaciones.

El futuro está en el humanismo.

No es necesario extenderse en muchas más explicaciones porque todo ser humano, si se pregunta en su interior, sabe situar dónde se encuentran estas realidades. Y sabe también qué partidos políticos, movimientos sociales o culturales apoyan una u otra. El mundo antihumanista ha levantado un muro de violencias que arrastra todo hacia la desintegración. Y es cierto, no somos ingenuos, que los poderosos cuentan con más dinero y fuerza bruta, pero su triunfo es provisorio, no tienen asegurado el futuro.

Pero las y los humanistas confiamos en que nuestra especie no sucumbirá en este absurdo.Somos optimistas, creemos en la libertad, en la solidaridad y en el progreso social. Creemos en que volveremos a encontrar ese sentido tantas veces perdido en la Historia de la Humanidad.

Aspiramos a un mundo múltiple en las etnias, lenguas y costumbres. Múltiple en las regiones y autonomías, múltiple en las creencias, el ateísmo y la religiosidad, múltiple en el trabajo y la creatividad

Aspiramos a un mundo donde todo ser humano, por el simple hecho de nacer, tenga iguales derechos e idénticas oportunidades..

Entre las aspiraciones humanistas y las realidades del mundo de hoy se ha levantado el muro del antihumanismo. Ha llegado la hora de derribarlo y para ello es necesario la unión de todas y todos quienes sientan que esta monstruosidad debe terminar, que el progreso de unos pocos es el progreso de nadie.

Un antihumanismo que puede identificarse, que no es una fuerza impersonal o inmaterial. Señalarlo como si se tratara de entes abstractos, ya sean el mercado, el sistema o el capital, conduce a la inacción porque se tiene la impresión de luchar contra fantasmas. Gobiernos, partidos políticos, empresas, sindicatos, asociaciones y organizaciones de todo signo se ubican en uno u otro lugar.

Como muy bien señaló Silo (fundador e inspirador del Nuevo Humanismo): “Humanizar es salir de la objetivación para afirmar la intencionalidad de todo ser humano y el primado del futuro sobre la situación actual. Es la representación de un futuro posible y mejor lo que permite la modificación del presente y lo que posibilita toda revolución y todo cambio. Por consiguiente, no basta con la presión de condiciones oprimentes para que se ponga en marcha el cambio, sino que es necesario advertir que tal cambio es posible y depende de la acción humana. Esta lucha no es entre fuerzas mecánicas, no es un reflejo natural; es una lucha entre intenciones humanas. Y esto es precisamente lo que nos permite hablar de opresores y oprimidos, de justos e injustos, de héroes y cobardes. Es lo único que permite practicar con sentido la solidaridad social y el compromiso con la liberación de los discriminados sean éstos mayorías o minorías”.

Este es el campo humanista que puede desalojar al antihumansimo, con la fuerza de la No-violencia como metodología de acción

Las y los humanistas invitamos a sumarse a esta intención humanizadora a todo aquel que sienta que el futuro está abierto. Y que será esa Nación Humana Universal hacia donde podemos caminar juntos si alineamos nuestras mejores aspiraciones.

No busques falsas puertas. El futuro está en el humanismo.

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